juegos olimpicos, Memorias del deporte

Maradona: de Barcelona’92 a Sevilla

Los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 fueron el foco deportivo de 1992. Muchas figuras ilustres quisieron pasarse por la ciudad, a pesar de no participar en los Juegos, pero deseaban vibrar con la emoción que vivía aquella Barcelona olímpica con una celebración inolvidables. Por ejemplo, Garri Kaspárov, Arnold Schwarzenegger entre otros se pasearon por la ciudad condal.

Otra de las grandes figuras que tenía prevista su aterrizaje en Barcelona era el astro argentino Diego Armando Maradona. La FIFA lo había sancionado por dóping (consumo de cocaína) en 1991, pero la sanción había vencido el 1 de julio de 1992. Maradona confirmaba su presencia en Barcelona con la intención de ver la final del torneo de fútbol olímpico (que enfrentó a España contra Polonia en el Camp Nou), invitado por la FIFA. Otro de los objetivos del 10 era poder saludar al Dream Team norteamericano de baloncesto antes de partir nuevamente a Buenos Aires.

En esos días, se especulaba con su fichaje por el Real Madrid en el caso de que el Napoli aceptase traspasarle. El viaje para ver los Juegos Olímpicos debería ser aprovechado para firmar el contrato por el equipo de Benito Floro. No era la primera intentona de Ramon Mendoza por acometer su fichaje. Corrado Ferlaino, presidente del Napoli, no quería traspasar al Diego después de su sanción por dopaje. El Sevilla Fútbol Club, entrenado por su compatriota (con el cual fue campeón del mundo en 1986), también estaba interesado en su contratación, así como el Olympique de Marsella, el cual sería campeón de Europa aquella temporada que se iniciaría.

Julio Grondona, presidente de la AFA, tenía la intención de acompañar a Maradona en su viaje a Barcelona. Grondona solicitó una reunión en Zúrich para que la FIFA mediara en el caso Maradona-Napoli, y que el equipo partenopeo no interfiriese en la marcha del argentino a otro club.

Finalmente, Maradona no viajó a Barcelona, alegando que su puesta a punto física no podía parar ni un solo día. En cambio, Julio Grondona sí que viajaría a la ciudad condal para presenciar la final olímpica de fútbol. Después, viajaría a Zúrich junto a Marcos Franchi, representante de Maradona, para la reunión con los representantes de la FIFA y el Napoli, para intentar liberar al argentino. El Pelusa escribiría una carta en El Mundo Deportivo donde mostró su deseo de volver a jugar y que el Napoli desencallase la situación. También justificaba su ausencia en la final de los Juegos Olímpicos como medida para no entorpecer la mediación con la FIFA. El propio presidente de la FIFA, Joao Havelange, lo había invitado para presenciar la final el Camp Nou ese mágico 8 de agosto.

A pesar de la férrea postura del Napoli, Maradona acabaría siendo liberado, hecho que le permitió fichar por el Sevilla Fútbol Club, bajo petición de Carlos Bilardo. Tras su fichaje, el Diego no pudo aterrizar en Sevilla inmediatamente, ya que tuvo que esperar un permiso judicial para poder salir de Argentina, llegando a debutar en el amistoso disputado el 28 de septiembre contra el Bayern de Múnich. Su temporada en Nervión tuvo luces y sombras, acabando con disputas con los dirigentes del club y un enganchón con Bilardo, hecho que provocaría su salida del club, habiendo anotado 6 goles y dando 9 asistencias a lo largo del curso 1992-1993. Seguramente, una de las imágenes que hubiesen quedado en el imaginario de aquellos Juegos Olímpicos de Barcelona’92 seria la de Maradona junto aquel inolvidable y genuino Dream Team.

Luis Sánchez

@luisSlopez21

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