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Amberes 1937: Una aventura en plena guerra civil

El pasado 25 de mayo se presentó mi primer libro titulado “Anvers 1937: la delegació catalana” (“Amberes 1937: la delegación catalana”), en el Museo Olímpico y del Deporte Joan Antoni Samaranch. Con motivo de la presentación del mismo, realizamos la mesa redonda “Deporte en tiempo de guerra”, analizando diferentes aspectos de como la guerra civil española afectó al deporte, en una época de entreguerras internacional, donde se estaba vertebrando el ecosistema competitivo y organizativo del deporte (como por ejemplo la fundación de La Liga o las primeras ediciones de la Copa del Mundo de Fútbol). En esta mesa me acompañaron expertos en la materia como Neus Real (autora del libro “El Club Femení i d’Esports: plataforma d’acció cultural”), Manel Tomàs (historiador del Centro de Documentación y Estudios del Fútbol Club Barcelona), Aitor Lagunas (periodista, director de la revista Panenka); y el que considero como un maestro, Joan Manel Surroca (periodista experto en Olimpismo). Fue un verdadero placer moderar dicha mesa con gente a la que admiro y son referentes, además de la calidad aportada en cada una de las intervenciones.

Puedes ver el acto de presentación y la mesa redonda en el siguiente vídeo:

La III Olimpíada Obrera de Amberes 1937

En el verano de 1936, se debería haber celebrado la Olimpíada Popular de Barcelona, frustrada a causa del golpe de Estado del 18 de julio, un día antes del inicio del festival deportivo. Había sido impulsada por el Comitè Català pro Esport Popular (CCEP). Muchos de los deportistas que habían viajado des del extranjero, decidieron quedarse a luchar para la causa republicana.

Un año más tarde, la ciudad belga de Amberes acogía la III Olimpíada Obrera. La ciudad contaba con una simbología especial, ya que había organizado los Juegos Olímpicos de 1920, los primeros tras la I Guerra Mundial, y que la celebración de los mismos sirvió para recuperar una ciudad destrozada por las consecuencias del conflicto bélico.

Antes de avanzar, las Olimpíadas Populares o Obreras habían surgido des de la órbita socialista como contrapunto a los Juegos Olímpicos “burgueses” y de valores humanísticos restaurados por la figura del Pierre de Frédy, barón de Coubertin. Anteriormente a la de Amberes y los frustrados de Barcelona, se habían celebrado los primeros en Frankfurt (1925) y en Viena (1931).

El contexto internacional, estaba marcado por la guerra civil española, el ascenso del nazismo y su incipiente amenaza del anschluss, así como el fascismo en Italia. Dentro de la política y diplomacia europea, el deporte jugó un papel muy importante en el reconocimiento internacional de la causa republicana. A parte de la III Olimpíada Obrera, existen otros ejemplos de implicación de la causa republicana en deportistas, como es el caso de los ciclistas Mariano Cañardo y Julián Berrendero en el Tour de Francia de 1937, o las giras del Fútbol Club Barcelona por México y Estados Unidos, así como la selección de Euzkadi por Europa del Este.

La delegación republicana

El CCEP impulsó la participación de una delegación de deportistas catalanes que representaría a la Generalitat de Catalunya en la III Olimpíada Obrera de Amberes, mientras que, a nivel estatal, la Federación Cultural Deportiva Obrera (FCDO) se encargaría de seleccionar un conjunto de deportistas que representaría a la II República. Cabe recordar, que los frentes de guerra marcaban mucho la posibilidad de participar en el festival a los deportistas. En el caso de los deportistas de la zona de la Meseta, los constantes bombardeos y la defensa de la ciudad de Madrid implicaba una nula práctica del deporte, sumándole las maltrechas instalaciones. Por este motivo, antes de partir a Amberes, ambas delegaciones (catalana y estatal) unificaron fuerzas para hacer más fuerte la reivindicación de la causa republicana, un gesto impulsado por los líderes del CCEP, creyendo conveniente un gesto de solidaridad hacia los camaradas republicanos.

La llegada a Amberes de la delegación fue digna de destacar. Fueron recibidos con honores, con una sensibilidad especial de una ciudad que había vivido las vicisitudes y penurias de una guerra, y este hecho, les ayudaba a empatizar especialmente con la causa republicana. Repetidamente, los deportistas escucharon gritos de “¡No pasarán!” o “¡Viva España!”, acompañando a la delegación hasta su residencia en Deurno. También recibieron el cariño de los españoles exiliados en Bélgica, especialmente los niños refugiados en el mencionado país.    Algunos de los nombres destacados fueron: Margot Moles (atletismo); Jaime Bartrolí y Pere Masip (que formaron pareja en dobles de tenis), Carme Ribé (atletismo), Marta González (natación), Manolo Martínez (natación), Jaume Àngel (atletismo) o el equipo de fútbol, liderados por el guardameta del RCD Español Alberto Martorell y el equipo de básquet formado por miembros del Laietà, que venció en la final a los franceses.

La vuelta a casa

El retorno a casa no fue directo. Los deportistas republicanos participaron por diferentes festivales deportivos y culturales en Francia, organizados por la Fédération Sportive du Travail de France, destacando nuevamente un encuentro entre la selección republicana y la URSS, celebrado en el Stade de Colombes (un año más tarde, sería la sede de la final de la Copa del Mundo de 1938). A su llegada a Cataluña, la delegación fue recibida con honores, recibiendo diferentes homenajes por parte de autoridades y entidades deportivas. Toda aventura tiene su parte épica. En este caso, algunos deportistas decidieron aprovechar los viajes internacionales para exiliarse, tanto a su vuelta de la III Olimpíada Obrera, como las giras realizadas por Euzkadi y el Fútbol Club Barcelona.

Reflexión

Este libro relata una aventura en tiempos de guerra. Empecé a escribirlo en abril de 2020, en pleno confinamiento, en un año en el que deberían haberse celebrado unos Juegos Olímpicos. Era una situación excepcional, un azote de la vida, que puso en jaque al mundo. Gracias a las redes sociales, pudimos ver a deportistas que entrenaban en situaciones inverosímiles con la ilusión de poder estar preparados para unos Juegos Olímpicos. Paralelamente, me puse [dentro de los límites mentales posibles] en la situación de aquellos deportistas que vivieron la aventura de Amberes en medio de un contexto inhumano y fuera de lo común, y salvando las distancias de contexto bélica/pandémico conjuntamente a 85 años de avances en la condición física deportiva y en las condiciones materiales.

Por otro lado, pasados estos 85 años, lamentablemente, seguimos viendo como la guerra es un factor que sigue condicionando al deporte. Este 2022 está marcado por la invasión de Rusia a Ucrania y la inminente guerra iniciada, que ha condicionado el transcurso del panorama deportivo, tal y como repasamos en el artículo Deporte en tiempos de guerra.  

Si esta aventura ha llamado tu curiosidad y quieres leer el libro, puedes descargarlo gratuitamente en la página web de la Fundació Barcelona Olímpica.

Luis Sánchez

@luisSlopez21

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