La celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 supuso una serie de campañas promocionales para hacer llegar el interés por el deporte y el olimpismo a los habitantes de la ciudad. Varias de esas campañas tuvieron como protagonistas a sus mascotas. Cobi, un perro cubista, era la mascota de los Juegos Olímpicos mientras que Petra, una niña sin brazos, era la mascota de los Juegos Paralímpicos. Ambos fueron protagonistas de campañas de promoción en productos de consumo, posters de publicidad, dibujos animados, cómics, etcétera.
En 1992 yo tenía 12 años, hacía apenas uno que TV3, la cadena de televisión pública catalana, había estrenado un programa dirigido a público juvenil, el Club Super 3, con la voluntad de difundir animación en catalán entre los más jóvenes. Pero además también promovía, y promueve aún, espectáculos, sorteos mensuales, etcétera.
En aquellos años, el Club Super 3 tenía en su parrilla la serie de animación “The Cobi Troupe”, las aventuras de Cobi, Petra y sus amigos, entre los cuales también estaba Nosi, la mascota de la Olimpiada Cultural. Y coincidiendo con la emisión de la serie y la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona, uno de los sorteos mensuales del programa consistió en varios lotes de tres álbumes del cómic “The Cobi Troupe”, plasmación en cómic de algunas de las aventuras de Cobi, Petra, Nosi y otros seres de la factoría Mariscal.
“The Cobi Troupe” trataba de los irreales sucesos que le pasaban a Cobi y sus amigos. La mascota olímpica vivía “cerca del mar, en Barcelona”, concretamente en el observatorio Fabra en el Tibidabo. Un día se iba de paseo con extraterrestres, otros conocía a los dioses del Olimpo o se iba a la playa y acababa en un iceberg que terminaba usando como balsa gracias a un gigantesco ventilador. El dibujo era la conocida estética de Mariscal de trazos gruesos y mucho color.
La verdad es que no recuerdo cómo se participaba en aquellos concursos de la era previa a internet, las aplicaciones y el internet de las cosas. Seguramente debíamos enviar alguna carta postal o algo así. Pero el caso es que participé y gané uno de esos lotes.
Y durante años esa fue mi colección de objetos olímpicos: tres álbumes de cómics editados por Plaza & Janés en 1991 con las aventuras de las mascotas diseñadas por Javier Mariscal. Cualquier espíritu coleccionista o completista habría caído en el subterfugio promocional y habría comprado los tres álbumes restantes antes que se agotaran. Pero yo tenía 12 años y no lo hice. Pasaron los Juegos Olímpicos, las campañas promocionales y la fiebre olímpica y aquellos cómics dejaron de venderse, obviamente. Cuando me di cuenta, solo disponía de tres de los seis álbumes y era imposible encontrar los tres que me faltaban.
Seamos claros, no estamos hablando de piezas de coleccionismo de alto valor económico, simbólico o histórico sino más bien de nostalgia o completismo. El caso es que llegada la era de los cachivaches Smart se me encendió la lucecita y traté de hacerme con los tres cómics que me faltaban. Y en el mismo idioma. Tampoco fue difícil, no os voy a engañar. Bueno, quizás el hecho que fuera en catalán complicó un poco las cosas, pero tampoco mucho.
Actualmente, pues, dispongo de los seis álbumes de cómics de “The Cobi Troupe” editados en el año 1991 como campaña de difusión de unos personajes vinculados a los Juegos Olímpicos de Barcelona’92. Una colección que empezó con un concurso y que terminé más de veinte años después. Pero que a mí me recordaba mi infancia, un programa televisivo y unos Juegos Olímpicos de lo que tengo imágenes muy vagas.
Vàngelis Villar
@VangelisVillar